La fecha busca que las personas se unan a fin de mejorar los conocimientos, sensibilizar e impulsar medidas que promuevan y protejan la salud mental de todos como derecho humano universal.
El Día Mundial de la Salud Mental 2023 es una oportunidad para que las personas y las comunidades se unan en torno al lema «la salud mental es un derecho humano universal» a fin de mejorar los conocimientos, sensibilizar e impulsar medidas que promuevan y protejan la salud mental de todos como derecho humano universal.
La salud mental es un derecho humano básico para todos. Todas las personas, sin importar quiénes sean ni dónde estén, tienen derecho a gozar del grado más alto posible de salud mental, lo que incluye el derecho a ser protegido de los riesgos para la salud mental; el derecho a una atención disponible, accesible, digna y de calidad; y el derecho a la libertad, la independencia y la integración en su entorno social.
La buena salud mental es esencial para nuestra salud y bienestar generales. Sin embargo, una de cada ocho personas en el mundo padece algún problema de salud mental, lo que puede repercutir en su salud física, su bienestar, su relación con los demás y sus medios de subsistencia. Además, cada vez más adolescentes y jóvenes presentan problemas de salud mental.
Ninguna persona debería verse privada de sus derechos humanos o excluida de las decisiones sobre su propia salud por padecer un problema de salud mental. No obstante, en todo el mundo, estas personas siguen viendo limitados sus derechos humanos de distintas formas. Un buen número son discriminadas y excluidas de la vida en común, mientras que muchas más no disponen de los servicios de salud mental que necesitan o reciben una atención que no respeta sus derechos humanos.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los países deben promover iniciativas regulatorias y normativas para apoyar la salud mental como un derecho humano universal. Al mismo tiempo que limitan las prácticas que favorecen las violaciones de derechos humanos. Esto incluye el establecimiento de leyes de salud mental que respeten los principios de los instrumentos internacionales de derechos humanos, como la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) y la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH).