Tras la represión policial a los hinchas argentinos, la Selección le ganó a Brasil y le sacó un invicto histórico.
Argentina logró este martes un triunfo histórico en el Maracaná. Por primera en unas Eliminatorias mundialistas, Brasil perdió como local. Los responsables de la hazaña fueron los campeones del mundo, que se impusieron 1-0 con un gol de cabeza de Nicolás Otamendi en una auténtica batalla que quedará en la memoria colectiva del fútbol argentino.
El encuentro estuvo demorado durante 27 minutos por la represión policial a los hinchas argentinos. Los jugadores albicelestes fueron a proteger a la gente y se fueron al vestuario con la idea de suspender el juego si no frenaban las agresiones.
Y una vez comenzado el duelo, esa violencia continuó en el campo de juego, con un seleccionado brasileño desconocido, cuya única apuesta en el partido pasó por cortar una y otra vez con infracciones. Los de Fernando Diniz tuvieron un expulsado -Joelinton-, pero si el árbitro Piero Maza hubiera estado más atinado en sus decisiones, pudieron quedarse con dos o hasta tres jugadores menos.
En ese escenario, se vio un partido muy trabado, en el que la pelota parada fue la carta principal para ambos ataques. Argentina pudo sacarle mayor provecho, con un gran tiro de esquina de Giovani Lo Celso y un todavía mejor cabezazo por parte de Otamendi, para marcar el único gol de una noche que pasará a la historia.
Argentina cierra el año de manera inmejorable, con 15 puntos sobre 18 posibles y ganando el partido más complicado -al menos, en teoría- del calendario de las Eliminatorias. Brasil, en cambio, profundiza su crisis: tres derrotas al hilo, solo 7 puntos en 6 fechas y una imagen poco digna para una selección con su historia y calidad de jugadores.